Llegar al cairo desde Alejandria por tren y tras casi un mes por los desiertos y los mares de Oriente Medio y Africa es un shock absoluto. La ciudad nos dio la bienvenida en la estacion de Ramses con toda su decadencia. Una vieja estacion victoriana con sus vidrieras rotas, los andenes cubiertos de polvo, una megafonia de locos y el caos omnipresente de la ciudad. Como tenemos que coger nuestro avion de madrugada pensamos dejar las maletas en la consigna pero, lo que al parecer puede ser un simple tramite en cualquier estacion del mundo, es aqui una odisea de locos. Primero encontrar la consigna... esta debajo de un andamio y hay que pasar por unos tablones rotos por encima de zanjas repletas de basura... y hacer una fotocopia del pasaporte. Solo hay un pequeno problema, no hay fotocopiadora en la estacion del Cairo... Asi que salimos pitando de alli y pillamos una habitacion en la pension donde habiamos dormido de vuelta del Desierto Blanco, a dos minutos andando de la estacion de Ramses. Para pasar el tiempo y despedirnos de la piramides, decidimos ir a verlas una ultima vez (o mejor una penuiltima, no se sabe nunca...).
Las piramides de Giza estan, como contamos al principio de este blog, metidas casi en medio de la ciudad, pero a unos 11 kms del centro. Encontramos un taxista con taximetro (O Milagro!) y nos metimos en lo que parecia el mayor atasco de la tierra, aunque despues pudimos comprobar que aun pueden ser peores. Finalmente llegamos con unas nubes de tormenta barriendo el cielo de Giza y pudimos contemplar las piramides con todo su fuerza y poderio. Tras caminar por el desierto que las rodea, vimos como se ponia el sol sobre ellas : Mikerinos, Kephren y detras la enorme Keops. Un momento poderoso frente a las piramides que nos contemplan desde que empezo la Civilizacion. 45 siglos desfilaron ante ellas, momentos tragicos, epocas felices, guerras, paz y mundos mejores... hoy en dia, cuando esta al punto de acabar la primera decada del siglo XXI, sentimos profundamente y con un sentimiento de tremenda emcion que el mundo que hoy contemplan las piramides no es el mejor de los mundos, quizas sea el peor de todos los que han podido vislumbrar. A sus pies, 20 millones de personas viven al limite, una capa de humo de azufre, plomo y CO2 recubre el horizonte, montanas de basura se extienden sobre kilometros, ruido... una sensacion de irreversibilidad que estremece : "La pesadilla de keops".
Si bien el Cairo es como recibir una bofetada, nos llevamos tambien en la maleta aire puro del desierto, ruinas maravillosas con sus historias que se pierden en el tiempo, aguas transparentes, mares puros y un cielo azul incomparable, la via lactea en las noches sin luna de , sabores refinados y una vez mas la sensacion de haber VIAJADO!
PD : hoy ha sido imposible subir fotos, a modo de epilogo las subiremos cuando estemos en Madrid, las Piramides al atardecer
Hace 15 años